Wednesday, November 12, 2014

Carta a mi ex esposa, 5 años después

Un día como hoy, hace cinco años en una oficina vieja en el corazón de la ciudad y debajo de un aguacero torrencial (o al menos así lo recuerdo) nos encontramos para firmar lo que, en ese momento, parecía la única solución a una larga lista de conflictos y malentendidos que ya no nos dejaban vivir, al menos no como nosotros queríamos o merecíamos. Una medida desesperada, tal vez, pero necesaria.

Ahí y así se ponía fin a un episodio iniciado siete años antes, o más, en realidad. Una historia que arrancó, creo que ya casi ni recordamos cómo. Pero fue la historia más hermosa que conocimos hasta entonces.

En fin, no te escribo para revivir los detalles de esa noche o de los días antes o después, sino para agradecerte, por los miles y miles de días que hubo antes de esos. Porque fuiste una amiga y compañera maravillosa durante los mejores años de nuestras vidas. Dos chiquillos jugando a vivir. Dos locos riéndonos de la vida hasta que se nos salían las lágrimas. Porque si algo hubo en esos años, fueron risas. Momentos en que la alegría se desbordaba de nosotros, y ese es el más grato recuerdo que tengo de esa época.

Por eso fue doloroso para ambos que todas esas risas se fueran apagando y fueran cada vez más escasas hacia el final. Ya no reías nunca, tampoco lo hacía yo, y eso me parecía injusto, imperdonable, insoportable. Adónde habían ido esos dos jovencitos que se amaban tanto y no podían estar separados ni cinco minutos?

Quizá les tocó aprender en carne propia que las relaciones son más complicadas de lo que parecen. Aquellos que juraban no cometer los mismos errores que sus padres, ahora cometían los suyos propios. Por inexperiencia. Por inmadurez. Por ignorancia. Porque nadie les enseñó que amase era fácil, pero lo difícil era hacer todas esas cosas que son necesarias para mantener vivo ese amor. Porque amarse nunca fue el problema. Desde que se vieron a los ojos por primera vez lo sintieron, y aún el día que se separaron lo sentían. El amor siempre estuvo ahí.

La pregunta que queda entonces en el aire es, si hubo tanto amor, por qué nos separamos? Es tarde quizá para volver a preguntar eso. Hubo tantas preguntas que quedaron sin respuesta, que eventualmente decidí dejar de hacérmelas. Ya no me atormentan más. Ya no me gasto el tiempo en repasar lo que hice mal, si de todas maneras no puedo devolver el tiempo y cambiar nada. Para qué más disculpas, si sé que lo que había que perdonar ya lo perdonamos. Ya quedaron atrás los rencores, peleas, resentimientos. Sólo falta terminar de aprender a lidiar un poco con la nostalgia que se nos cuela por las grietas que quedaron en la mirada, y que en días como hoy nos empañan la vista. Pero entonces respiramos hondo, volvemos la vista hacia arriba, y en un suspiro, tragando un poco grueso, pretendemos que nada pasa, y el día sigue. La vida sigue.

Por que eso es lo que tiene que suceder. Que la vida sigue. Esa vida que está hecha de una colección de sentimientos, de recuerdos, de cosas buenas y malas, tristes y alegres, maravillosas y dolorosas. De enseñanzas que nos hacen mejores, más maduros, más honestos y abiertos. A mi me pasó. Me he hecho más fuerte, más bueno, más paciente, mucho gracias a ti. He dejado de ser tan intolerante, tan inseguro, tan cerrado e inexpresivo. Ambos entramos en la historia siendo dos chiquillos que jugaban a comerse el mundo y el mundo vino y se los comió. Pero a pesar de todo sobrevivimos y salimos vivos de ese proceso que apenas empezaba, cinco años atrás. Porque ambos aprendimos, maduramos, crecimos. Y somos mejores personas.

Al principio parecía imposible. Lo sé. Pero ahora ya ves como la vida nos perdonó y nos dio poco a poco lo que necesitábamos y lo que perdimos. Nada se pierde, todo se transforma. Todo regresa y nunca perdemos nada, las cosas que una vez tuvimos, siguen en nosotros de cierta manera. De haber sabido quince años atrás cuando te conocí, que lo nuestro iba a terminar así, igual te hubiera enamorado, igual me hubiera casado contigo, igual hubiera cumplido los mismos sueños. No puedo ni quiero eliminar la parte importante de mi vida que fuiste, ni eliminar el cariño que aún hoy siento hacia ti. Distinto al de una década atrás, pero cariño al fin. Real. Sincero. Desinteresado.

Por eso, en vez de preguntas, en vez de nostalgias, en vez de reclamos o de elaborar listas interminables de "...y si hubiera...?", la palabra que queda, hoy, ahora, es GRACIAS! Gracias por el amor, las risas, las horas, los meses y los años. Los miles y millones de recuerdos que no se olvidan ni se van. Porque ya no me quiero deshacer de ellos. Porque pensar en ese tiempo me saca una sonrisa, o varias. De vez en cuando una lágrima. Pero siempre un sentimiento de felicidad de haber vivido, de haber estado ahí. De ser una de las dos únicas personas que vivieron y recuerdan todos esos momentos. Gracias por cada uno de ellos.

Gracias por cada una de esas, ahora pocas, pero siempre encantadoras veces en que hablamos o nos vemos, y nos tomamos un café y nos ponemos al día de lo que ha sido de nuestras vidas, de los sueños, la familia, el trabajo y todo lo cotidiano. En que nos miramos y sin pensarlo nos reconocemos debajo de esa fina capa de vida invisible que los años van depositando.

Eres una buena mujer, siempre lo fuiste, y lo digo de corazón. Que nadie nunca te haga pensar lo contrario. Estoy feliz de que hayas seguido con tu vida y tus sueños y ahora tengas una familia que te llena y te hace feliz. Por ellos y por ti, valórate siempre y que quien está a tu lado sepa valorarte también. Mereces ser feliz, y de desde el alma y con todas mis fuerzas espero que así sea.

Por mi parte, fue un honor tenerte por esposa y compañera de vida por tantos años, y es todo un privilegio hoy aún tenerte como amiga.

Gracias.

Gracias por todo.

Gracias por tanto.

De corazón

El que alguna vez fue tu esposo y tu amor.

El que hoy es tu amigo.




«¿Cómo se retoma el hilo de toda una vida? ¿Cómo seguir adelante cuando en tu corazón empiezas a entender que no hay vuelta atrás, que hay cosas que el tiempo no puede enmendar, aquellas que hieren muy adentro, que dejan cicatriz?»
― J.R.R. Tolkien, El Señor de los Anillos







Monday, November 10, 2014

Mudanza (Pt2)




Y hoy es finalmetne el día en que un puñado de paredes y ventanas se unen para formar nuestro nuevo hogar. Miles de sueños acumulados por años se juntan y hacen latir fuerte al corazón.

Esta parte de mi vida


Esta parte de mi vida se llama... Volver a construir los sueños!


Saturday, April 26, 2014

Mudanza (Pt1)


Y a partir de hoy ella decide hacer lo que hizo Hernán Cortés, y quema sus naves allá en su costa, y en un puñado de cajas y bolsas, su vida tan grande se vuelve pequeñita y viaja en un cajón hasta acá. A partir de hoy ya no soy sólo yo. A partir de esta fecha otra vez decido creer y apostar todo. Recomenzar la aventura que más de una década atrás empecé y luego dejé ir. Volar, tomado de la mano de quien hoy comparte mi techo, mi cama, mi pan y mi vida.






Thursday, April 24, 2014

Dormir solo



Y esta es, oficialmente, la última noche que duermo solo...

:)
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