Y hasta los recuerdos de los momentos más hermosos y dulces con el tiempo se desvanecen en la memoria, y se convierten en imágenes borrosas de un tiempo pasado, de alguien que estuvo, que marcó un momento que fue bueno pero pasó, y dejó tras de si un eco, como las ondas de una roca que cae al agua, que se expanden y llegan a todas las orillas del estanque, pero poco a poco se dispersan y el agua vuelve a la calma, y el reflejo en la superficie vuelve a ser claro y sin distorsionar, mostrando una nueva realidad.
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Gracias por su visita, y gracias por aportar algo a mi monólogo. Casi siempre escribo para mi, pero me gusta saber que mis desahogos hicieron a alguien más sentirse identificado/a.
Se permiten los comentarios anónimos, pero un nombre nunca está de más para saber con quién hablo.