Tantos años después volviste.
Siempre supiste el momento, y esperaste por mi. En silencio, como amante que no pierde la esperanza. Y sabía que pronto aparecerías, te conozco bien.
Pero está en tu naturaleza herir, o quizá es que ya sabes de memoria dónde queda mi talón de aquiles.
Se que estás aquí, y aún cuando te has ido, pasas la noche conmigo, como la mañana de ayer en que abrí los ojos y te vi durmiendo a mi lado.
Quise hablar y hacer que todo pareciera natural, pero guardaste silencio.
Antes de que me diera cuenta tomaste tus cosas y te fuiste.
Tantos años de conocerte, tanto tiempo lejos de ti, aunque nunca te olvidé, y ahora vuelves y me lastimas como lo hiciste antes.
Y esta noche al sentirme tan solo, se que aunque no te vea aquí estás.
Soledad...
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Gracias por su visita, y gracias por aportar algo a mi monólogo. Casi siempre escribo para mi, pero me gusta saber que mis desahogos hicieron a alguien más sentirse identificado/a.
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